Mientras estés vivo siéntete vivo
Siempre ten presente que la piel se arruga
el pelo se vuelve blanco,
los días se convierten en años.....
Pero lo importante no cambia,
tu fuerza y tu convicción no tienen edad.
Tu espíritu es el plumero de cualquier telaraña.
Detrás de cada día de llegada, hay una partida.
Detrás de cada logro, hay otro desafío
Mientras estés vivo, siéntete vivo.
Si extrañas lo que hacías, vuelve hacerlo.
No vivas de fotos amarillas.....
Sigue aunque todos esperen que abandones.
No dejes que se oxide el hierro que hay en ti.
Haz que en vez de lástima, te tengan respeto.
Cuando por los años no puedas correr, trota.
Cuando no puedas trotar, camina.
Cuando no puedas caminar, usa el bastón...
! Pero nunca te detengas !
(Madre Teresa de Calcuta)
Reflexión:
Si de antemano sabemos cuál será nuestro destino final, y si sabemos que por alguna razón llegamos a esta vida, aún cuando las circunstancias que nos tocó vivir favorables o no, son el punto de partida con el que iniciamos nuestro andar por la vida; lo demás por supuesto corresponde a las aspiraciones personales; y si también somos sabedores que el tiempo siempre correrá en nuestra contra, sobre todo cuando lo dejamos pasar indiscriminadamente al sumergirnos en una vida en inconsciencia, sin un rumbo claro definido e indiferente ante la vida. Es cierto también que para ingresar a esta vida, libramos todo un complejo sistema biológico de entre millones de espermatozoides y salir victoriosos a esta oportunidad de experimentar la vida. Entonces, porque no siempre nos sentimos victoriosos en las diversas circunstancias en que nos ha tocado vivir?, Cómo es posible que hayamos superado a millones de seres microscópicos para ver la luz de la vida, y ahora que ya estamos en ella, nos sentimos abrumados por la feroz competencia que día a día tenemos que librar no solamente frente a millones de seres humanos en busca de una oportunidad de lograr el éxito, sino de la lucha más formidable que hemos de librar ante nosotros mismos.
Porque innumerables veces perdemos la memoria genética, que cuando estamos envueltos en situaciones adversas o comprometidas carecemos de recursos para salir airosos?, aún cuando la presión externa nos abruma, las oportunidades se desvanecen, nos sentimos solos e incomprendidos, carentes del amor de una pareja, enemistados con las personas que nos rodean y aferrados a las experiencias del pasado que lo único que se logra es diluir toda posibilidad de progresar para ofrecernos una nueva oportunidad de triunfar no sólo en las aspiraciones profesionales, sino hasta en el amor!. Por muy desperanzadora y desesperante que nos parezca nuestra existencia, no estamos solos!. Nos sentimos así por que así lo hemos asumido, porque es más sencillo mantenernos a la expectativa y pasivos que luchar por salir de nuestra depresión y frustración; debemos aprender a desprendernos ya del pasado, a liberar a aquellas personas que ya no están en nuestro espacio, no sólo relaciones inconclusas y terminadas abruptamente; hacerlo por salud mental; mucho de nuestro impedimento para retomar las riendas de nuestra vida es precisamente por ese aferramiento, por evadir una realidad que se nos presenta en apariencia insoportable y amenazante, en cualquier momento debemos decir un basta ya!, el tiempo corre y con él todas las posibilidades para renacer se diluyen conforme seguimos con esa dependencia del pasado.
Hay tanto por vivir, hay tanto aún por experimentar, hay tanto más por disfrutar, tantas oportunidades para encontrar esa persona especial que complemente nuestra necesidad de amar. Pensamos que ya es demasiado tarde por que el tiempo ya ha hecho mella en nosotros?, que ya se acabaron las oportunidades para crecer?, que ya estamos en una edad en que no merecemos ser felices?, que ya no poseemos la misma energía de antaño para seguir luchando por nuestros sueños?; realmente eso pensamos?, o en realidad eso es lo que queremos evocar día tras día hasta consumirnos no sólo externa, sino internamente?. Quién nos asegura que el ser humano tiene sólo un período limitado de tiempo para renunciar a la posibilidad de crecer?. El tiempo sólo gobierna sobre nuestros procesos fisiológicos; pero: Quién se atreve a afirmar que la voluntad, la fe y la esperanza se encuentran dentro del dominio del tiempo?. Quién se atreve a decirnos que ya no hay nada más por hacer?, Quién se atreve a convencernos que se acabaron las oportunidades?, Quién se atreve a sugerirnos que el amor no está hecho para nosotros, y Quién se atreve a pensar que no merecemos una nueva oportunidad para experimentarnos en toda nuestra potencialidad?.
Efectivamente, no debe depender jamás de nadie, excepto de nosotros mismos, quienes tomemos la decisión de vivir conforme a nuestros dictados personales, porque es nuestra vida, es nuestra decisión, es nuestro atrevimiento, es nuestra oportunidad, es nuestra responsabilidad, y por tanto son nuestras las consecuencias resultantes de nuestros actos. Jamás hay que detenerse en la vida, hay que proseguir, avanzar, prepararse, superarse, crecer, ascender, y lo más vital: luchar por ser felices y lograrlo, porque mientras estemos vivos, hay que sentirnos vivos!
el pelo se vuelve blanco,
los días se convierten en años.....
Pero lo importante no cambia,
tu fuerza y tu convicción no tienen edad.
Tu espíritu es el plumero de cualquier telaraña.
Detrás de cada día de llegada, hay una partida.
Detrás de cada logro, hay otro desafío
Mientras estés vivo, siéntete vivo.
Si extrañas lo que hacías, vuelve hacerlo.
No vivas de fotos amarillas.....
Sigue aunque todos esperen que abandones.
No dejes que se oxide el hierro que hay en ti.
Haz que en vez de lástima, te tengan respeto.
Cuando por los años no puedas correr, trota.
Cuando no puedas trotar, camina.
Cuando no puedas caminar, usa el bastón...
! Pero nunca te detengas !
(Madre Teresa de Calcuta)
Reflexión:
Si de antemano sabemos cuál será nuestro destino final, y si sabemos que por alguna razón llegamos a esta vida, aún cuando las circunstancias que nos tocó vivir favorables o no, son el punto de partida con el que iniciamos nuestro andar por la vida; lo demás por supuesto corresponde a las aspiraciones personales; y si también somos sabedores que el tiempo siempre correrá en nuestra contra, sobre todo cuando lo dejamos pasar indiscriminadamente al sumergirnos en una vida en inconsciencia, sin un rumbo claro definido e indiferente ante la vida. Es cierto también que para ingresar a esta vida, libramos todo un complejo sistema biológico de entre millones de espermatozoides y salir victoriosos a esta oportunidad de experimentar la vida. Entonces, porque no siempre nos sentimos victoriosos en las diversas circunstancias en que nos ha tocado vivir?, Cómo es posible que hayamos superado a millones de seres microscópicos para ver la luz de la vida, y ahora que ya estamos en ella, nos sentimos abrumados por la feroz competencia que día a día tenemos que librar no solamente frente a millones de seres humanos en busca de una oportunidad de lograr el éxito, sino de la lucha más formidable que hemos de librar ante nosotros mismos.
Porque innumerables veces perdemos la memoria genética, que cuando estamos envueltos en situaciones adversas o comprometidas carecemos de recursos para salir airosos?, aún cuando la presión externa nos abruma, las oportunidades se desvanecen, nos sentimos solos e incomprendidos, carentes del amor de una pareja, enemistados con las personas que nos rodean y aferrados a las experiencias del pasado que lo único que se logra es diluir toda posibilidad de progresar para ofrecernos una nueva oportunidad de triunfar no sólo en las aspiraciones profesionales, sino hasta en el amor!. Por muy desperanzadora y desesperante que nos parezca nuestra existencia, no estamos solos!. Nos sentimos así por que así lo hemos asumido, porque es más sencillo mantenernos a la expectativa y pasivos que luchar por salir de nuestra depresión y frustración; debemos aprender a desprendernos ya del pasado, a liberar a aquellas personas que ya no están en nuestro espacio, no sólo relaciones inconclusas y terminadas abruptamente; hacerlo por salud mental; mucho de nuestro impedimento para retomar las riendas de nuestra vida es precisamente por ese aferramiento, por evadir una realidad que se nos presenta en apariencia insoportable y amenazante, en cualquier momento debemos decir un basta ya!, el tiempo corre y con él todas las posibilidades para renacer se diluyen conforme seguimos con esa dependencia del pasado.
Hay tanto por vivir, hay tanto aún por experimentar, hay tanto más por disfrutar, tantas oportunidades para encontrar esa persona especial que complemente nuestra necesidad de amar. Pensamos que ya es demasiado tarde por que el tiempo ya ha hecho mella en nosotros?, que ya se acabaron las oportunidades para crecer?, que ya estamos en una edad en que no merecemos ser felices?, que ya no poseemos la misma energía de antaño para seguir luchando por nuestros sueños?; realmente eso pensamos?, o en realidad eso es lo que queremos evocar día tras día hasta consumirnos no sólo externa, sino internamente?. Quién nos asegura que el ser humano tiene sólo un período limitado de tiempo para renunciar a la posibilidad de crecer?. El tiempo sólo gobierna sobre nuestros procesos fisiológicos; pero: Quién se atreve a afirmar que la voluntad, la fe y la esperanza se encuentran dentro del dominio del tiempo?. Quién se atreve a decirnos que ya no hay nada más por hacer?, Quién se atreve a convencernos que se acabaron las oportunidades?, Quién se atreve a sugerirnos que el amor no está hecho para nosotros, y Quién se atreve a pensar que no merecemos una nueva oportunidad para experimentarnos en toda nuestra potencialidad?.
Efectivamente, no debe depender jamás de nadie, excepto de nosotros mismos, quienes tomemos la decisión de vivir conforme a nuestros dictados personales, porque es nuestra vida, es nuestra decisión, es nuestro atrevimiento, es nuestra oportunidad, es nuestra responsabilidad, y por tanto son nuestras las consecuencias resultantes de nuestros actos. Jamás hay que detenerse en la vida, hay que proseguir, avanzar, prepararse, superarse, crecer, ascender, y lo más vital: luchar por ser felices y lograrlo, porque mientras estemos vivos, hay que sentirnos vivos!
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