miércoles, octubre 28, 2009

Frases Célebres (Parte II)


¨Con audacia se puede intentar todo, más no se puede conseguir todo¨

Cada acción que realizamos en nuestra vida diaria como parte de nuestro desenvolvimiento en la cotidianeidad conllevan una finalidad prioritaria, y es el de lograr el cometido para el cuál hemos luchado incansablemente, ya sea que el objetivo sea de orden material o espiritual, hay una frase que versa: ¨nada es imposible para una mente disponible¨, y en base a esta aseveración el ser humano se fija objetivos a alcanzar dependiendo de su deseo de superación y trascendencia, pero acaso hay existe un límite cuando se desea con tanto fervor algo? y en que momento hemos rebasado el límite de nuestras capacidades, lo que de cómo resultado que no logremos conducir a buen término lo que nos hemos propuesto lograr?. Es cierto que la audacia es fundamental para atreverse a cristalizar algún proyecto anhelado, y ese deseo nos llevara intentar por cualquier medio el lograrlo. Y los alcances de éste dependen de que tan racionales sean los objetivos y el proceso de nuestro proyecto, y que es muy importante ser conscientes de que efectivamente todo lo podemos intentar e incluso lo podemos conseguir, en los límites de la coherencia, la honestidad y el de imponernos metas creíbles y reales y no navegar dentro de los límites de la ilusión y la irracionalidad. Más vale escalar metas concretas y sólidas basadas en una buena planeación y visión clara a alcanzar paso a paso, que construir castillos en el cielo sin fundamentos realistas e inestables con el riesgo de acaecer en el intento por la codicia y la falta de paciencia.


¨Imposible es el objetivo de los que se dan por vencido antes de tiempo¨

Así como nada es imposible para el que persiste y esta disponible a extraer del máximo de sus capacidades y conocimientos para lograr cristalizar una meta determinada, en base a una actitud férrea y voluntad a prueba de todo, y es ésta actitud esencial para no permitirse el derrotarse ante los innumerables obstáculos que se nos presenten en el camino a la realización de nuestros proyectos, siendo esencial no sólo una minuciosa y bien fundamentada planeación, sino la paciencia, con la cuál llevemos a efecto el proceso integral de realización, en base a determinar los tiempos adecuados, no sujetándonos rígidamente a un tiempo impuesto, lo que nos puede acarrear un exceso de tensión y una serie de errores al acercarse la fecha impuesta cuando el proyecto se encuentre aún lejos de lograrlo, sobre todo cuando éste fue planeado en base a metas imprecisas y sin fundamentos realistas de por medio, es cuando los tiempos inevitablemente serán rebasados provocando un estado de frustración y desilusión. Si por el contrario nos mantenemos flexibles y abiertos a cualquier imponderable que surja durante el proceso de determinado proyecto sin someternos a tiempos rígidos e irrealizables, incluso existirá la posibilidad de corregir y perfeccionar cualquier detalle que potencialize aún más los resultados esperados. Porque todo cuánto realicemos durante nuestra vida conlleva un tiempo establecido por la naturaleza del propio proyecto, cuyo tiempo será determinado por nuestra percepción e intuición para visualizar claramente el resultado a obtener, lo que determinará que no nos venzamos antes de tiempo por nuestra ansiedad e imprudencia para obtener resultados rápidos e inseguros.


¨La imaginación es más importante que el conocimiento¨

La imaginación es la cualidad más importante que poseemos para cristalizar cualquier sueño o meta a realizar, es nuestra herramienta esencial que nos proporciona la certeza de que todo cuanto nuestra voz interior emerja, logremos codificarlo a través de la imaginación. Cuyo conocimiento es propio y nuevo, sin condicionamientos ni inducciones de por medio, es unipersonal, cuyo base se extrae de nuestra intuición e impulsos emocionales, es cierto que el conocimiento que es ajeno a nosotros nos puede proporcionar una valiosa base o antecedente para saber guiarnos adecuadamente para la realización de ese propósito, pero que sin embargo no es definitivo ni mucho menos acertado, el conocimiento que es el producto de las experiencias del ser humano a través de la historia y que ha dejado antecedente mediante los métodos experimentales, los fundamentos, las tesis, el método científico, las hipótesis, las teorías, los modelos conductuales y que han sido plasmados a través de los libros y demás acervos bibliográficos, representan sin duda una herramienta muy valiosa para nuestro desarrollo cultural y profesional a fin de aspirar a desenvolvernos con eficacia en un medio competitivo como es nuestra sociedad contemporánea; ambos el conocimiento y la imaginación en esencia son importantes para la búsqueda de nuestra realización personal a nivel material y espiritual. El conocimiento sin imaginación, así como la imaginación sin el conocimiento pueden resultar insuficientes cuando anhelamos hallar respuestas a nuestras inquietudes existenciales. Un conocimiento vasto requiere de la imaginación para poner en acción la aquello que nos antecedió para mejorar, perfeccionar e incluso innovar,; mientras que una gran imaginación se vale del conocimiento para facilitarle su expresión de creatividad e imponer nuevas tendencias y formas novatorias de pensamiento. Y que definitivamente la imaginación resultará más importante que el conocimiento, porque la imaginación emerge desde las profundidades del Ser y pertenece exclusivamente al Ser; mientras que el conocimiento si es ajeno, nos impone una forma de pensar y actuar que no emerge de nuestro Ser. Porque el auténtico conocimiento es aquel que surge de la comprensión absoluta de nuestro Ser, de donde aflora la imaginación creativa.


¨Nadie se queja por tener lo que se merece¨

En que momento el ser humano se siente merecedor de algo en particular? Si hablamos de aspectos espirituales como una forma de expresión hacia la realización personal, la satisfacción es inconmensurable y gratificante, sobre todo cuando es alimentada la autoestima, fortalecida la dignidad y reafirmado el ego. Donde cada acción que emprendamos en la vida conlleva una finalidad específica a perseguir y es el de cristalizar de lo intangible hacia lo tangible, es decir un impulso surgido del interior y que se materializa en proyectos realizados. Un merecimiento por lo general lo anhelamos obtener a través de la aceptación y el reconocimiento social, como un deseo inconsciente de pertenencia, de sentirnos integrantes de algo fuera de nosotros, cuando en la realidad, son formas de escape para evadir nuestra soledad. Esto nos lleva a definir que cuando el ser humano se acepta y se reconoce como alguien único y diferente, un Ser irrepetible, no necesita de aceptación o reconocimientos externos a él, el merecer sólo es reconocer su valía como tal en relación al desenvolvimiento propio de su evolución personal externa e interna. Cuando sentimos que carecemos de algo, es por la falta de conocimiento de nuestras virtudes, capacidades y facultades que por añadidura nos fue legado. Como podemos quejarnos de carecer de algo material, cuando hemos sido vasta y suficientemente recompensados al poseer la oportunidad de experimentar la grandeza de la vida en posesión de nuestros sentidos y salud vital, siendo merecedores de experimentarnos en nuestra vasta grandeza humana explorando nuestro universo interior para descubrirlo, experimentarlo y expresarlo hacia nuestro universo exterior. El quejarnos de no ser merecedores de algo es negar lo que por añadidura nos ha sido otorgado, la oportunidad de ser y trascender, porque ya hemos sido merecedores del don más valioso que se pueda aspirar: la vida; lo demás es sólo la reafirmación de lo que el ser humano puede alcanzar para experimentarse así mismo cuando hace pleno uso del derecho que le corresponde: su libertad de Ser!.


¨El secreto de la felicidad no está en hacer lo que se quiere, sino en querer lo que se hace¨

La felicidad es el resultado esperado de las acciones que realiza el ser humano para satisfacer sus ideales al materializarlos en hechos concretos y reales, sobre todo si estas acciones están basadas en un sentimiento de prosperidad y trascendencia, tanto en planos materiales como en planos espirituales, siendo éste último el que le otorga mayor plenitud. El estado de la felicidad es un sentimiento de omnipotencia, de levedad, de una dicha sublime, de integración con Dios; es el estado ideal que se experimenta por muy breves lapsos, pero cuando se alcanza ese estado no hay nada que lo supere. El secreto radica en que cada acción que emprendamos esté basada en un verdadero deseo por evolucionar interiormente, por lograr un estado de madurez mental y emocional, aún cuando no tengamos plena certeza de lo que nos depare en el futuro, la felicidad se puede experimentar cuando seamos capaces de despojarnos de todo sentimiento de obsesión y codicia, que nos precipite a desear sólo por el simple hecho de poseer y acumular, aún cuando esto provoque desdichas, rencores y sufrimientos a nuestro alrededor; el hacer lo que se quiere no siempre nos arrojará resultados satisfactorios, cuando nos obsesionamos por algo y queremos obtenerlo a cualquier precio, el ego termina por someternos, y la felicidad sólo será una satisfacción insípida y momentánea, regresando nuevamente el sentimiento de insatisfacción y vacío interno al comprobar que no era lo que esperábamos, ni era lo que nos llevo a la felicidad. Pero cuando lo que deseamos obtener y concretar lo basamos en un verdadero sentimiento de superación personal a nivel interno, todo cuánto emprendamos en la vida llevará consigo un beneficio no sólo a nivel personal, sino colectivo, cuando ese deseo se encuentre exento de egoísmo, obsesión, codicia y avaricia. La felicidad no conocerá límites, será permanente y no fugaz, nuestra conciencia estará limpia y tranquila y no con culpas ni remordimientos, la satisfacción será total y no parcial, porque el secreto de la felicidad es materializar y experimentar nuestro potencial humano en vías de crecimiento interior, no sólo queriendo, sino amando y disfrutando lo que hacemos y lo demás se dará por añadidura.


¨Lo maravilloso de aprender es que nadie nos los puede arrebatar¨

El conocimiento de nuestras capacidades y potencialidades nos lleva a experimentarnos cada día con la finalidad de aprender de nosotros mismos, de nuestras reacciones, nuestros impulsos, nuestras emociones y sentimientos como resultado de un bagaje de conocimiento interior que perdurará en nuestro interior permanentemente y ese conocimiento se trasformará en aprendizaje, no el aprendizaje basado en la simple memorización y acumulación de experiencias, sino en el aprendizaje de vida, de vivencias propias, de conocimiento personal, de experimentarnos en cada instante conforme a nuestra libertad para expresarnos y actuar conforme a nuestra voz interior, porque el ser humano para que desdoble el enigma de su propio destino, necesita descubrirlo interiorizándose en sí mismo, escuchándose que es lo que realmente desea hacer en la vida en base a sus propios principios y deseos por trascender; necesita explorarlo despojándose de todo prejuicio y temor para aceptarse inicialmente como es, no como un afán de conformismo, sino como un inicio para explorar sus sentimientos y comenzar a impulsarse desde una base realista y concreta hacia aquello que anhela con todo su Ser, y por lo mismo necesita experimentarlo, comprobar que todo aquello que surge de su interior es verdad pura para sí mismo, para comenzar a cristalizar uno a uno sus ideales, sus metas, sus proyectos personales, sus sueños para trasformarlos en realidades concretas y tangibles, y poco a poco en ese proceso comenzará a extinguirse la angustia e incertidumbre cuando la mente se proyecta hacia el futuro; porque ese conocimiento interno, individual o unipersonal es presente vivo, experimentando, aprendiendo y renovándose a cada momento, sin ataduras pasadas ni obsesiones futuras, simplemente viviendo el hoy en toda su plenitud, ya que el aprendizaje es experimentar la vida tan intensamente como si cada instante representara toda una vida entera; y ese conocimiento puro nadie puede arrebatarlo porque representa lo que somos, nuestra esencia vital.


¨Los errores suelen ser el puente que media entra la inexperiencia y la sabiduría¨

Desde que poseemos uso de razón, tomamos conciencia de nuestro entorno interno y externo, comenzamos a experimentar la vida conforme a nuestros impulsos y sensaciones que el medio nos inspira y en ocasiones induce a actuar conforme a ciertas reglas de conducta y comportamiento ya establecidos. Desde un inicio poseemos la inexperiencia a nivel externo de experimentación, sin embargo, cada ser vivo posee una sabiduría innata que habita en su fuero interno y que es éste conocimiento instintivo el que lo impulsa a actuar conforme va descubriendo su libre albedrío; desde este punto inicial todo es perfecto en él, por un lado el animal sobrevive gracias a este conocimiento innato, sólo actúa basado en su sabiduría instintiva, porque todo cuánto hace lleva consigo un orden perfecto exento de errores; y que el ser humano en su etapa primaria de infancia posee este orden, esta sabiduría innata exenta de errores, porque su constitución tanto física como mental y espiritual es perfecta. Sin embargo, cuando comienza a ser inducido y reprimido por su medio va apagando esa armonía original, sus sentidos, su percepción, su sabiduría instintiva y lo sustituye por remordimientos, prejuicios, dudas y temores; su libre albedrío ha sido violentado, es cuando comienza su sufrimiento, cuando el pensamiento se impone al instinto, al conocimiento innato, cuando comienza a dudar de sus impulsos, cuando ha dejado de escuchar su voz interior, cuando lucha durante toda su vida por evitar los errores, ha deformado su individualidad, que es su posesión, su esencia; y ha comenzado a exacerbar su ego, adquiriendo multiplicidad de máscaras que blindan y endurecen su esencia real, su corazón; ahora se torna temeroso, indeciso, inseguro y adquiere una personalidad que dista mucho de su ser interior, su individualidad. El puente entre la inexperiencia y la sabiduría esta basado en no evitar los errores, sino en cometerlos, aprendiendo de ellos a fin de crecer y madurar el intelecto y el temple, porque el ser humano que se atreve a actuar conforme a sus principios instintivos, a su voz interior a su sabiduría innata, es aquel que lucha incansablemente por despojarse de la inducción, de la manipulación, del condicionamiento y del fanatismo, para alcanzar el estado que le fue arrebatado; su libertad de Ser. Porque la inexperiencia desaparece cuando se actúa en conformidad con esa sabiduría interna hacia el exterior, para trasformarse en experiencia de vida, liberándose de todos los abismos y precipicios que imponen las ataduras en la búsqueda de su perfeccionamiento interior.