La Virtud de la Madre
Ese Ser maravilloso que sabe dar vida y brindar alegrías,que desde el momento de la concepción y a lo largo de la gestación, su cuerpo se ocupa de darnos todos los nutrientes necesarios para la sana formación de nuestro cuerpo. Pone todo su cuidado y atención en ese ser que se esta formando dentro de ella y establece un lazo amoroso que le permite comunicar cuánto nos ama y cuán importante y bienvenido somos en su vida.
Llegado el momento de la concepción, atraviesa intensos dolores con la satisfacción que le brinda el ver que una vez terminada la labor, pueden tener en sus brazos al fruto del amor y a partir de allí se ocupa de darnos todo lo necesario, para lograr a plenitud nuestro potencial como ser humano.
Es aquí cuando comienza la etapa más delicada de ser Madre que durará hasta el final de sus días. Es durante esta etapa que vela por su criatura formándolo como ser humano, inculcando en él valores dignos y justos; ayudándolo a crecer e identificar el medio ambiente que lo rodea como grato, para facilitarle su normal desenvolvimiento en éste, enseñándole a discernir entre lo correcto y lo errado; nutriéndolo con el amor y la comprensión necesarios para su normal desarrollo como individuo armónico; orientándolo y apoyándolo en el momento de tomar decisiones; inculcándole los sentidos del deber, la responsabilidad y la justicia; estimulándolo a lograr sus metas; enseñándole a amar a la vida y a valorar las cosas sencillas; infundiendo en él, desde muy temprana edad, la conveniencia de ser un ciudadano útil a si mismo y al prójimo.
Mientras crecemos, vamos cometiendo errores al aprender; y surge la naturaleza de la Madre al enfrentar las situaciones creadas por sus hijos, donde derrama amor, comprensión y perdón ayudándonos a levantarnos y orientándonos para aprender de ellos y evitar repetirlos.
La tarea de una Madre no es sencilla, aunque por su amor así lo hagan parecer, sobre todo por que también se ocupan del hogar, el esposo, los hijos, su trabajo y de ellas mismas, aún cuando a veces oculta sus lamentos y llora en secreto, es el sostén principal de la familia. Más admirable para aquellas que son madres solteras, el cumplir un doble papel: Ser Madre y Padre al mismo tiempo.
Reflexión:
No basta con festejar sólo un día el hecho de que nos haya dado la vida, que con su calor nos ofreció alimento vital, el calostro que proporcionó las defensas a nuestro organismo; que con palabras dulces y caricias tiernas conciliar nuestro primer sueño, que con su motivación y entusiasmo alentarnos a dar nuestro primer paso; que con firmeza y autoridad guiarnos por el sendero del bien; que con un sabio y amoroso consejo nos motiva a superarnos y ser mejores cada día, que aún con sus nacientes arrugas y canas estará a nuestro lado esa amiga incondicional, que aún cuando no se encuentre ya a nuestro lado, en esa ausencia física permanecerá por siempre en nuestro recuerdo su legado, ella que nos dió el beso de bienvenida a la vida, le dimos el último beso al terminar su ciclo vital; y aún cuando no la hayamos conocido, permanecerá en nuestro corazón un recuerdo incipiente que al invocarla en el firmamento, nos dará esa fuerza de voluntad en los momentos de flaqueza.
No basta sólo un día, para hacerle saber cuánto la amamos y admiramos, ella necesita sentirlo...
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