La Muerte
Para los Aztecas la muerte era abrazada con respeto sin temor, todo giraba alrededor de la dualidad vida-muerte, entendían que para que existiera esta dualidad que generaba vida, ellos tenían la responsabilidad de mantener un equilibrio entre los hombres con el universo, por lo que creían que los hombres y mujeres tenían un lugar destinado para el momento de su fallecimiento.
El primero, era el más importante y apreciado, llamado ¨Ilhuicatltonatiuh¨, para aquellos Guerreros del Espíritu, hombres o mujeres; los Guerreros muertos en combate o en sacrificio eran elejidos para acompañar al Sol desde su nacimiento por el Oriente, hasta el mediodía; y las mujeres muertas en parto -quienes eran consideradas como Guerreras por la lucha que tuvieron que sostener al dar a luz-eran elejidas para acompañar al Sol desde el mediodía hasta el atardecer, ambos se convertirían en aves de rico plumaje para regresar a la vida eterna.
El segundo Lugar llamado ¨Chichihuacuancho¨ era reservado para aquellos Niños que morían recién nacidos a tierna edad. Este lugar era como un paraíso en el que había un inmenso árbol del que caían gotitas de leche de sus ramas y los niños al alimentarse de ella, vivían felices en el ¨Paraíso Infantil¨ donde vivirían hasta el nacimiento del sexto Sol, tiempo en el que nacerían de nuevo.
El tercer lugar llamado ¨Tlalócan¨ estaba reservado para los que morían de causas relacionadas con el agua, como los ahogados, muerte por rayos, los leprosos e hidrópticos o por diversas enfermedades; el Tlalócan la mansión de la Luna, era el paraíso en el que habían condiciones ideales, un lugar agradable y fresco.
Finalmente el Cuarto lugar, ¨El Mictlán¨ que significaba la nada, la muerte estéril producto de una vida vacía, sin consecuencias y sin trascendencia, el Mictlán era el lugar a donde iban los que morían de una muerte natural, se creía que para llegar a este sitio, tenían que atravesar un largo camino lleno de peligros, entre los que estaban: el lugar de la culebra que guarda el camino, y el lugar del viento frío de navajas, si se deseaba alcanzar la inmortalidad.
REFLEXION:
Así como los Aztecas ya consideraban que cada ser humano tenía reservado un lugar en el Paraíso, por sus condiciones o cualidades en la vida terrenal; ¿A que lugar desearías pertenecer? Como los Aztecas en el ¨Ilhuicatltonatiuh¨, para aquellos que viven día a día como Guerreros de la Luz que luchan contra las adversidades, transformando su entorno a cada paso que dan en la vida y dejando una huella indeleble en el corazón de las personas que les rodean; o en el ¨El Mictlán¨, lugar reservado para aquellas personas que viven una vida vacía, sin sentido, que agobiados por sus temores y prejuicios, dejan de luchar y se resignan a una existencia banal, matando y apagando gradualmente su espíritu Guerrero que todos poseemos.
La existencia de la vida no tendría razón de ser sin la muerte, somos los únicos animales en el Planeta que sabemos que vamos a morir; el saber que nuestra última meta es la Muerte, hace que la vida sea única e irrepetible.
Elije tu propio Paraíso Terrenal y Espiritual, no Mueras en Vida... Sé un Guerrero(a)
Es la herencia que nuestros Antepasados nos han Heredado!.
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