domingo, agosto 27, 2006

La Carrera por la Vida

Esta increíble aventura comienza con la unión de dos seres que impulsados por la atracción y en un acto de amor unen sus cuerpos, donde el hombre deposita en la mujer el don de la vida, la semilla que contiene cerca de 600 millones de competidores (espermatozoides) que mediante el líquido seminal cómo vehículo de transporte, viajan desde la vagina hacia el óvulo. Aquí comienza el duro y complejo camino dónde sólo uno saldrá triunfador; imponiéndose y venciendo a millones similares a él; aquel con las cualidades necesarias para salir vencedor en busca del tesoro más preciado, sólo dispone de 24 a 48 horas para fecundar el óvulo y emerger hacia la luz: LA VIDA.

Al comenzar esta travesía millones de espermatozoides con apenas un tamaño de 0.05 mm y una larga cola, se movilizan ágil y rápidamente impulsados con la ayuda de las contracciones del útero; deben superar muchos obstáculos para alcanzar el objetivo.

El primer reto lo representa la vagina que posee un medio hóstil, altamente ácido, lo que mata a un elevado número de aspirantes. Los que logran sobrevivir ese obstáculo, pasan al útero dirigiéndose por las trompas de falopio, sucumbiéndo otros miles de ellos al dirigirse a la trompa incorrecta que no contiene al óvulo fértil que se encuentra escondido entre un laberinto de repliegues, que le dan forma a las trompas de falopio, que resguardan el preciado elemento de vida.

Luego del largo viaje, sólo han sobrevivido alrededor de 5,000 espermatozoides... los más rápidos llegarán al óvulo trenzándose en una feroz lucha, intentando por largo tiempo penetrar el óvulo donde mueren la mayoría de ellos en una danza amenazante al querer penetrar la delicada membrana; sólo los más audaces (alrededor de 500) rodearán al óvulo en busca de la puerta vital.

Una vez superada esta barrera la membrana se cierra, extendiendo sus delicadas vellosidades blandas y diminutas para envolver el espermatozoie ganador, uniéndose con el núcleo del óvulo fertilizado, concretando así la fusión de ambos, experimentando una serie de transformaciones que en un periodo de 36 semanas se nutrirá y desarrollará formando a un nuevo ser humano, que verá por vez primera la LUZ DE LA VIDA!.

REFLEXION:

Desde el momento de la fecundación, hemos ganado la primer batalla, triunfando sobre millones de seres que reclamaban una sola oportunidad por el derecho de la nueva vida!. Por ese simple hecho hemos nacido triunfadores, al ver la luz para experimentar ahora la siguiente batalla: LA VIDA TERRENAL!

En nuestros genes existe ya la fortaleza y determinación que adquirimos en la fecundación para librar una nueva aventura ante millones de seres humanos similares a nosotros, que reclaman el derecho de una oportunidad de ser felices!.

Imagina! Que cuando éramos un diminuto espermatozoide, en una carrera contra el tiempo, sólo contábamos con 24 a 48 horas para fecundar al óvulo y haber logrado con éxito ese objetivo!....

Ahora que hemos visto la luz de la existencia terrenal contamos con toda una vida para lograr nuestros sueños y anhelos!... En que momento comenzaremos a tener conciencia de nuestro entorno, de nuestra realidad, para vivir el momento presente al máximo! salir triunfadores y lograr el mayor de los éxitos: Trascender, dejando una huella permanente en nuestra marcha por la vida: Descubrir nuestra fuerza interior!

¨No permitas que la indiferencia y el desasosiego te precipiten al abismo, por que sólo dispones de una vida! tarde o temprano la muerte te sorprenderá antes de tiempo, ganándote a tí la batalla!¨.